Ama la acción por la acción, independientemente del resultado y provecho que puedas obtener con la misma.
Dicho Budista
Una gran clave para nuestro bienestar consiste en vivir el presente y enfocar toda nuestra atención a la acción que tenemos entre manos. Como dice el proverbio Zen: “Cuando se come, se come y cuando se camina se camina”. Se trata de dedicar la energía-atención al momento presente, sin desatenciones y anticipaciones que dispersan. Que cada acción realizada, bien sea trabajar con el ordenador o preparar un té, convoque plenamente al sí mismo. Cuando regamos las plantas o bien hacemos una mudanza, hay muchos elementos en juego en cada gesto, al agacharse, al transportar, al verter el agua o simplemente al cerrar y abrir una puerta. Cada movimiento es un fin en sí mismo que a su vez conviene realizar con todo el refinamiento que brota de la plena consciencia.
La ansiedad nacida de la anticipación deja la mente abierta a pensamientos virus.
Conviene entrenar el enfoque de la atención al aquí-ahora, de manera que se neutralice el juego de recuerdos y anticipaciones y se permita vivir, plenamente, cada paso de la senda.
Practicar dichas disciplinas supone un entrenamiento que más tiene que ver con el control emocional y el enfoque de la atención que con un rito bello y exótico, como vulgarmente se piensa. En realidad, la calidad de una acción viene determinada por la actitud que depositamos en ella.
Aprender a contemplar los pensamientos que “vienen y van” desde el Testigo ecuánime, supone controlar la ebullición de ideas que vagabundean por una mente habitualmente dispersa.