16 julio 2011

EXITO

Empieza alguna vez a ser quien eres, en lugar de calcular qué serás.

Frank Kafka.


Nada ocurre sin haverlo previamente imaginado.

Carl Sandburg.


Para que la mente logre superarse, no sólo precisa de metas, sino también marcarse listones bien altos capaces de actualizar potencialidades insospechadas. Nuestra excelencia como personas precisa de un sistemático establecimiento de objetivos y de la aplicación de una Tecnología del Logro que haga posibles nuestros fines. Para ello, conviene no sólo contemplar como posible aquello que se quiere, sino también poner inteligencia y trabajo para convertirlo en probable. En realidad, para lograr lo que uno desea, ¿qué mejor que emocionarse con el objetivo y establecer estrategias minuciosas de llegada? Más tarde, y para involucrar nuestro inconsciente en el logro, será muy útil visualizarse a uno mismo en la fase final del objetivo, es decir, inundado de alegría con las metas ya realizadas.

Lo que hoy hemos alcanzado en la vida es justamente aquello que, en el fondo, creemos posible y merecido para nosotros. Tal vez, ni más ni menos. Como dijo el lúcido: Con fe moveréis las montañas. Palabras que, durante siglos, han hecho referencia a la creencia en el logro, como la cualidad que genera confianza total en que lo pretendido no sólo es posible, sino plenamente probable y merecido.


Los factores claves para el éxito consisten en hacer lo que nos gusta y amar de verdad aquello que pretendemos. Algo que ver con la sintonía existente entre nuestra actividad cotidiana y el propósito central de nuestra existencia. La manera de integrar el sentido de nuestra vida en la actividad profesional de cada día, supone convertir nuestro propósito central en objetivos y metas conscientes.

El trabajo de ser feliz empieza en uno y termina en uno. Si uno mismo es feliz, todo el Universo es un poco más feliz. Y tal vez, ésta sea una gran forma de contribuir a la felicidad global.

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