Cuando alguien te culpa o te critica, el ego se siente disminuido e inmediatamente intentas reparar tu disminuido sentido del YO mediante justificaciones, defensa o culpando al otro.
Cuando alguien te critica, te echa la culpa de algo o te insulta, en lugar de contraatacar inmediatamente o defenderte, no hagas nada.
Deja que la imagen del YO se mantenga disminuida y ponte alerta a lo que ocurre dentro de ti. Durante unos segundos, puede que te sientas incómodo, como si hubieras encogido. Después puede que sientas un espacio interior que está intensamente vivo. No ha quedado disminuido en absoluto. En realidad, te has expandido. Cuando dejas de defenderte o de intentar reforzar tu forma, te libras de la identificación con la forma, con la imagen mental del YO. Entonces, através de la forma aparentemente debilitada, puede brillar un auténtico poder, lo que tu eres más allá de las formas.
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