En el día de hoy, el enfoque de la atención va a estar orientado al hecho de escuchar. Para ello observamos lo qué está sucediendo a nuestro psicocuerpo mientras alguien se comuica con nosostros. Se trata de observar aspectos tales como el proceso mental y emocional que vivimos mientras escuchamos, nuestro grado de seguridad e inseguridad que experimentamos mientras alguien nos mira a los ojos y nos habla, los gestos que nuestro rostro hace al procesar lo que llega, las sutiles actitudes de defensa o distensión que experimentamos ante lo que escuchamos, las recciones emocionales...
Para escuchar al otro con respeto y libertad debemos observar el grado de neutralidad que en la escucha vamos interiormente alcanzando, y el consiguiente espacio que ofrecemos para su libre expresión.
Quien escucha al otro también es capaz de escuchar a su propio cuerpo y asimismo escuchar la corriente intuitiva de su corazón. Quien está entrenado en la escucha de su cuerpo, va por delante de sus propios pensamientos y sin duda se observa guiado por un elocuente sentir. El hecho de prestar atención a lo que uno "siente" no es más que otra forma de decir que se vive en el ahora conectado con la propia esencia.
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