En la vida cotidiana resulta útil estar profundamente arraigado en uno mismo porque, de lo contraio, la mente, que tiene una enorme inercia, te arrastra como la crecida de un río.
Mantenerse presente significa habitar tu cuerpo plenamente.
Tener siempre parte de tu atención en el campo energético interno de tu cuerpo. Sentir el cuerpo por dentro, por así decirlo. La conciencia corporal te mantiene presente. Te ancla en el ahora.
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