12 marzo 2010

ECUANIMIDAD


Las limitaciones del vivir se superan con una buena dosis de desapego inteligente.
Nisargadatta.

Desapegarse es distanciarse y desprenderse de la identificación con el objeto que nos "engancha" y que, a su vez, nos impide vivir en el equilibrio y la ecuanimidad. En realidad, el hecho de desenredarse de una situación no supone actuar hacia fuera, transformando y manipulando lo exterior, sino más bien, trabajar hacia dentro del sí mismo desviando la atención del objeto que nos altera y dejando pasar el tiempo suficiente como para enfriar la atmósfera emocional. Una vez recuperado el estado mental de silencio y sosiego es el tiempo de la acción correcta.

Para ello, conviene saberse retirar a un espacio de atención y silencio para recuperar lo esencial y liberar la consciencia de enredos con las partes más dominantes de nuestro ego. El miedo y el deseo condicionan la claridad del presente.
Conviene aprender a vivir en la observación sostenida.

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