La disciplina no es innata y dado que es una técnica siempre puede aprenderse. Al igual que ocurre con cualquier otra práctica, ésta se mejora con la frecuencia y acaba convirtiéndose en un elemento más de tu rutina. Una vez que la interiorices en tu día a día dejará de ser una actitud y formará parte de ti, de tu personalidad. Influirá en cómo organices tu trabajo, en cómo lo proyectes y en cómo lo desarrolles.
La autodisciplina no es más que el triunfo de la fuerza de voluntad. Ésta gana terreno sobre deseos y apetencias y acaba posicionándose como autocontrol. En la vida todos los resultados son fruto de la persistencia y tus logros son la suma de un trabajo previo, por lo tanto para tener resultados eficaces necesitas aplicar las herramientas que conforman la denominada autodisciplina; serás capaz de dominar tus emociones, errores o malos hábitos; podrás transformar los problemas en oportunidades.
Autodisciplina va ligada a autosuperación, ambas permiten dominar cuerpo y mente para, en definitiva, actuar de forma premeditada y buscando un fin diseñado de antemano. De esta forma serás capaz de controlar tus impulsos y tu afán por crecer día a día se verá relanzado.
Tienes que diseñar proyectos y luego trabajar acorde con ello, sin tirar la toalla, para llevarlos a cabo. Lo importante es mantener el ritmo para alcanzar los objetivos marcados, persistir en la búsqueda y, sobre todo, saber o aprender a esperar.
Podrás llegar más lejos siempre y cuando estés dispuesto a cambiar, superar tus formas y mantenerlas. No te quedes con lo cómodo si la opción de lo incómodo te abre la puerta hacia el éxito.
Las buenas maneras para autodisciplinarte:
. Estructura y cumple horario, organízate para que los demás no dispongan de tus horas, sólo así ese tiempo te pertenecerá y te permitirá hacer, crecer y ejercer.
. Piensa, luego habla. No hables por hablar, controla tus palabras y estructura, con antelación, qué vas a decir y con qué intención.
. Men sana in corpore sano. Cuídate por dentro y por fuera.
Recompensa sí, pero a largo plazo. Puedes premiarte cuando hayas alcanzado una meta, pero no cuando estés a mitad de camino. Ver el premio en el horizonte siempre reconforta en momentos bajos.
Aristóteles dijo en el S.IV "Somos el resultado de lo que hacemos repetidamente.
La autodisciplina no es más que el triunfo de la fuerza de voluntad. Ésta gana terreno sobre deseos y apetencias y acaba posicionándose como autocontrol. En la vida todos los resultados son fruto de la persistencia y tus logros son la suma de un trabajo previo, por lo tanto para tener resultados eficaces necesitas aplicar las herramientas que conforman la denominada autodisciplina; serás capaz de dominar tus emociones, errores o malos hábitos; podrás transformar los problemas en oportunidades.
Autodisciplina va ligada a autosuperación, ambas permiten dominar cuerpo y mente para, en definitiva, actuar de forma premeditada y buscando un fin diseñado de antemano. De esta forma serás capaz de controlar tus impulsos y tu afán por crecer día a día se verá relanzado.
Tienes que diseñar proyectos y luego trabajar acorde con ello, sin tirar la toalla, para llevarlos a cabo. Lo importante es mantener el ritmo para alcanzar los objetivos marcados, persistir en la búsqueda y, sobre todo, saber o aprender a esperar.
Podrás llegar más lejos siempre y cuando estés dispuesto a cambiar, superar tus formas y mantenerlas. No te quedes con lo cómodo si la opción de lo incómodo te abre la puerta hacia el éxito.
Las buenas maneras para autodisciplinarte:
. Estructura y cumple horario, organízate para que los demás no dispongan de tus horas, sólo así ese tiempo te pertenecerá y te permitirá hacer, crecer y ejercer.
. Piensa, luego habla. No hables por hablar, controla tus palabras y estructura, con antelación, qué vas a decir y con qué intención.
. Men sana in corpore sano. Cuídate por dentro y por fuera.
Recompensa sí, pero a largo plazo. Puedes premiarte cuando hayas alcanzado una meta, pero no cuando estés a mitad de camino. Ver el premio en el horizonte siempre reconforta en momentos bajos.
Aristóteles dijo en el S.IV "Somos el resultado de lo que hacemos repetidamente.
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